Solamente escribiendo, siento que digo lo que pienso.

viernes, 29 de enero de 2010

Diario de Jorge


Los volúmenes cada vez se alejan más de mi concepción. Quiero escapar de las formas simétricas, y adaptarme en la concepción espacial. Del mundo no espero más que lo que me presenta. De mi, espero no perder mi justo equilibrio entre realidad y sueño.

La vida no se concibe, es un desierto de color negro, y el viento de la propia naturaleza es su único artista. Me quiero envolver en los trazos temblorosos de mis manos, como si del temblor surgiera aquel que está cuando siento la energía de incorporarme etéreo dentro de mi única sabiduría, que es mía. No dudo del negro, ni del blanco. Los colores me trasmiten sensaciones que rompen mis sentidos y envuelven mis pasiones. El color me transporta al negro.

Mi constante trabajo con el negro me descubre dos lenguajes que soñaba a los cinco o siete años. Estoy sintiendo la energía de aquellos tiempos, y por el sentido del agua, me sumerjo en este viaje sin retorno.

El arte del blanco y del negro se está disolviendo. Mi vida cada hora está más lejos de mi vida. Mi sentir se parece más a mi mirada y ya no creo sino en la apertura cerrada.




La luz de hoy era tan suave que todo el día ha sido como un constante atardecer. Ahora, la lluvia golpea los tejados, y los ruidos no son sino estas palabras. No debemos hablar más. Existen las palabras invisibles y aún ni siquiera nosotros somos invisibles. La visibilidad de este mundo sobre los hombres es como la de un águila devorada por una serpiente. La presencia de aquellos que han abandonado sus luchas, para vivir la guerra, porque no existió nunca para ellos la posguerra. La locura que hemos absorbido está pariendo un fruto de discordia. En las manos de un manco están las llaves. Las llaves abren una puerta que no existe, y al abrirla, con el vacío de las nubes, se diluirán las especies. Entonces será cuando las almas, en un vuelo cautivado, se arrojarán por el túnel que les sumergirá en sus propias máquinas del tiempo, y podrán sentir cada uno de sus pasos. Algunos volverán atrás, y al volver, la tierra girará de nuevo para ellos. Otros abandonarán una de sus partes, para ser dos. Los terceros surgirán como flores bajo las índagas aguas de un nuevo planeta que ni siquiera tendrá nombre.


 


4 comentarios:

  1. que razón tiene Jorge en su diario... todas las almas caminaran en una misma dirección.. sin necesidad de sufrimiento... y de locura que es cordura en un mundo de locos..
    Besos como siempre de Carrachina..
    Cada vez que veo su trabajo me quedó más impresionada y me engancho más a esta persona tan maravillosa y brillante... el cuerpo fisico se ha ido pero queda su alma en vuelo cautivo reconociendo cada uno de sus pasos... que belleza.

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  2. ¡Qué ilusión me hace ver tus entradas, querida Carrachina! Eres la única que hace comentarios pero siempre son muy sabrosos.
    A veces me entra un gran desánimo pensando que nadie ve el blog,y tanto mi hermana como yo abrimos cada día para ver si alguien se interesó por Jorge. Quizás sigan su historia pero no quieran intervenir.
    ¡Gracias de todo corazón por ser tan generosa con Jorge!
    Sofía

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  3. Su existencia giraba en torno a la luz, el color, la emoción, los misterios del mundo. Un gran mundo interior, quizás incomprendido.
    Fabuloso chico.

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  4. Maribel dijo:

    Me encanta volver al principio como tu has hecho Belkis.
    En esta tarde tristona y lluviosa cuando ya llevamos casi un mes de primavera, me uno a vosotras dos en vuestra admiración por Jorge-
    Leo de nuevo lo que escribió, y me parece como si fuese todo nuevo. ¡ Es tan genial mi chico!..
    Me acuerdo un día cuando tenía que ir al colegio en Pozuelo y por supuesto en el autobus, como era muy temprano y el sabía que a mi lo de madrugar me costaba un montón, me dejo una cartita deliciosa diciéndome que me quedara en la cama pues el se prepararía el desayuno. "--Tú , mami, no te levantes, dejame los churritos fuera del congelador, y yo me los freiré."-

    Mira por donde un día estuve buscando esa carta por todos los rincones y jamás la encontré. No os podéis imaginar el pesar que me causo no encontrarla, porque ahi se veía la clase de pedar con ella, porque ahí se veía la clase de persona increible que era mi hijo.
    ¡Dichosas drogas, que le cambiaron toda su vida!

    Un beso para las dos pioneras de este viaje que comienza.

    Maribel

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